La Mantis religiosa es un insecto fascinante que se caracteriza por su aspecto de oración y su capacidad de cazar a sus presas con rapidez y precisión. Pertenece a la familia Mantidae y a la orden Mantodea, que incluye más de 2300 especies³. Su nombre científico es Mantis religiosa y se distribuye por todo el Viejo Mundo (Eurasia y África), con diferentes subespecies según las regiones.

La Mantis religiosa tiene un cuerpo alargado y delgado, con una cabeza triangular que puede girar 180 grados. Sus ojos son grandes y compuestos, lo que le permite tener una buena visión binocular. Sus antenas son filiformes y sensibles al olfato y al tacto. Su tórax está formado por tres segmentos: el protórax, el mesotórax y el metatórax. El protórax es el más largo y sostiene las patas delanteras, que están modificadas para atrapar a sus presas. Estas patas tienen unas espinas afiladas y unas pinzas en forma de gancho que se cierran con fuerza cuando detectan un movimiento. El mesotórax y el metatórax sostienen las patas traseras, que son más largas y sirven para caminar o saltar. También tienen dos pares de alas: unas anteriores pequeñas y duras que protegen a las posteriores, que son más grandes y membranosas.

La Mantis religiosa es un insecto carnívoro que se alimenta de otros insectos e incluso de pequeños vertebrados como lagartijas o pájaros. Es una cazadora solitaria y paciente, que espera inmóvil hasta que su presa se acerca lo suficiente para atacarla con sus patas delanteras. Puede consumir hasta el doble de su peso en un día. Su coloración varía según el hábitat en el que vive, desde verde hasta marrón o grisáceo, lo que le ayuda a camuflarse entre la vegetación.

La Mantis religiosa tiene una reproducción sexual en la que la hembra suele ser más grande y agresiva que el macho. El apareamiento ocurre en otoño o primavera, cuando los machos buscan a las hembras mediante feromonas. El macho se acerca con cautela a la hembra por detrás y se monta sobre ella para copular. En algunas ocasiones, la hembra puede devorar al macho durante o después del acto sexual, lo que le proporciona nutrientes para producir los huevos. La hembra deposita los huevos en una estructura llamada ooteca, que tiene forma de espuma endurecida y puede contener hasta 400 huevos. La incubación dura entre tres y seis meses según la temperatura ambiental. Las crías nacen con un aspecto similar al de los adultos pero sin alas ni coloración definitiva.

La Mantis religiosa es un insecto admirado por muchas culturas por su belleza e inteligencia. En algunas partes de Asia se considera un símbolo de buena suerte o sabiduría. En Europa se le ha dado nombres como santateresa, silbata o tatadiós por su postura devota. Sin embargo, también es una especie amenazada por la pérdida de hábitat, los pesticidas o las mascotas exóticas.