Esta pieza describe y critica el estancamiento y la situación en la que se encuentra Cuba, específicamente desde el punto de vista de los mass-media y la información. Después de muchos años de socialismo, sigue habiendo la misma imagen de una revolución caduca, y en los televisores, lo único que sobrevive en el tiempo es la bandera, como casi el único recuerdo valorable de un símbolo que nos implica a todos los cubanos.

La marca de fabricación china Atec-Panda, común en las salas de las casas de una gran mayoría de cubanos de a pie, en donde jamás se ha transmitido con justeza la libertad de expresión; ésta vez aparece con el símbolo más potentente de la nación, su bandera (in purple) junto a otra imagen, esta vez pornográfica y censuranda por el símbolo de "no apto para menores de 18 años", al revés. Es decir, "no apto para mayores de 81 años". Como crítica al longevismo social y político que impera en el archipiélago.